Realizamos visitas periódicas, con una determinada frecuencia, marcada por el total del número de animales de la explotación. En estas visitas recogemos datos con un ecógrafo sobre el estado reproductivo de las vacas. Controlamos principalmente el posparto, las vacas que no se han observado celos tras el periodo de espera voluntario, diagnóstico de gestación y reconfirmación de la gestación, que incluye el sexado del embrión. Todos esos datos los trasladamos a un programa informático con el cual podemos realizar distintos cálculos estadísticos para mejorar la eficiencia reproductiva del rebaño y aportar datos que nos ayuden con la gestión de la explotación. Todo ello centrado en corregir alteraciones en el posparto, conseguir tener celos fértiles a tiempo, diagnosticar la gestación y realizar un seguimiento de la misma, incluyendo un sexaje del embrión.